Países productores emergentes en Sudamérica: Principales desafíos (2)

Países productores emergentes en Sudamérica: Principales desafíos (2)

Conocer la realidad en la que los países productores emergentes se desenvuelven, ayuda a los compradores a tomar mejores decisiones, a prever el comportamiento de la oferta y a conocer la reacción de sus proveedores ante las distintas situaciones posibles, no solo económicas sino también sociales y ambientales. Anteriormente vimos como la ley puede jugar a favor o en contra de la acuicultura, en esta ocasión hablaremos de la tecnología y el equipamiento. La tecnología de apoyo es fundamental a la hora de optimizar los procesos productivos, ya que se puede, por ejemplo, reducir notablemente los tiempos de trabajo para actividades de manejo, mejorar la distribución de alimento y eliminar la incertidumbre de muchas variables físico-químicas que determinan una buena performance.

En los países sudamericanos en donde la acuicultura es una industria importante como en Chile, o en Brasil, no es difícil encontrar marcas internacionales de renombre como Hydrotech, Grundfos o YSI, por nombrar algunos, que con sus abanicos de productos hacen la vida de los productores mucho más fácil. Pero, lamentablemente, esto no sucede en aquellos países que recién están consolidándose en el cultivo de Tilapia, entre los cuales son Colombia, Ecuador y Perú, tal vez, los países con mayor presencia de marcas relacionadas con la acuicultura y con un stock importante de equipos para el sector. En Perú, en los últimos años han ingresado varios proveedores de tecnología para la industria, de la mano del crecimiento del cultivo de trucha y el camarón, que han favorecido también a los cultivadores de tilapia, llevando la producción de 2.000 toneladas en el 2010 a 3.000 en el 2017 con un peack de producción en el 2014 de poco más de 4.600 toneladas netas (FAO, 2019). El país cuenta además con la marca propia Nicovita, centrada principalmente en la producción de concentrados balanceados, pero que recientemente han lanzado para sus clientes dos herramientas digitales que ayudarán a la planificación de los cultivos. De la misma manera, el gobierno desde el año 2017 cuenta con el Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura (PNIPA) que ha incentivado el ingreso de nuevas tecnologías para ayudar al crecimiento de la actividad, mediante proyectos de producción que buscan solucionar problemas como la sobrevivencia y el rendimiento en sistemas tradicionales, así como también la exploración de sistemas de cultivo cerrado. En Ecuador, a pesar de que el cultivo de Tilapia ha venido repuntando en los últimos años, la acuicultura está basada en un 90% en la producción de camarón y las tecnologías están apuntadas a dicha industria. Sin embargo, algunas herramientas como los aireadores de paleta o los alimentadores flotantes para estanques en tierra de gran superficie, son compatibles con el cultivo de tilapia. En este rubro, la marca china Diva de Jinhulong, la taiwanesa Zuzu, y la brasilera Weemac son los de mayor presencia y han ayudado a recuperar de a poco una industria que supo producir en el 2010 cerca de 50.000 toneladas (Fao, 2019) y que debido al alza de los precios del camarón los productores prefirieron abandonarla y apostar en los últimos años por el cultivo de crustáceos. En Colombia, donde la Tilapia va en camino a convertirse en una gran industria, varias empresas de origen variado ofrecen sus equipos, es así como marcas danesas, chinas, brasileñas e italianas conviven en un mercado promisorio ya hace unos años disputándose un lugar. Si bien los cultivos favoritos son el tradicional extensivo en estanques de tierra y el ya conocido cultivo intensivo en jaulas, los productores han ido incursionado en la exploración de nuevas tecnologías de cultivo súper intensivo como el Biofloc y el RAS. Ambas técnicas demandan una aireación y oxigenación constante, una selección de planteles minuciosa, un control exhaustivo de los parámetros físico-químico de cultivo y personal técnico idóneo para su manejo.  Aquí radica, el mayor desafío de la industria acuícola colombiana, intentar adaptar la tecnología de punta y equipos de última generación a granjas con energía eléctrica inconstante y operarios poco preparados. Hoy, los productores de semilla seleccionan y cuentan uno a uno de manera manual los alevines de entre 0,5 y 1 gramo, algo que les significa mucho tiempo y puede generar daño mecánico en los peces; alimentan de manera manual dificultando la distribución equilibrada del concentrado en las jaulas o estanques y usan aire en etapas cruciales para el éxito del cultivo como los es la etapa de larva y reversión, entre otras tantas prácticas llamadas a desaparecer. En el intento por mejorar las técnicas de cultivo y además preparar personal técnico, el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, instaló en 2016 una serie de pequeños sistemas de recirculación con oxigenación a base de nanoburbujas en distintas zonas del país. En ellos, según fuimos informados, se obtuvieron tasas de sobrevivencia larvales en Tilapia Roja, Nilótica y en Cachama (especie local) superiores al 95%, una mejora muy importante comparada con las tasas de 55-65% logradas  históricamente en los cultivos tradicionales en tierra, en adición a esto, se pudo observar que los porcentajes de éxito en la reversión alcanzaron niveles del 97% cuando normalmente no supera el 90%. Ejemplos claros de que la tecnología es crucial para una industria incipiente que busca consolidarse y debe ser tomada en cuenta para aumentar el volumen de producción y mejorar la calidad del pescado.

 
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