Perfiles de ácidos grasos mejorados en los filetes de tilapia logrados con el uso de suplementos ricos en Omega-3
Son bien conocidos los numerosos beneficios para la salud que conlleva el consumo de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (n-3). Específicamente, los ácidos eicosapentaenoico (20: 5 ω-3, EPA) y docosahexaenoico (22: 6 ω-3, DHA) previenen enfermedades cardíacas, la formación de coágulos sanguíneos, la inflamación y las irregularidades en los latidos cardíacos. Además, los omega-3 son beneficiosos para prevenir y mejorar la artritis reumatoide, los síndromes metabólicos y los trastornos pulmonares. Así mismo, promueven la función y el desarrollo del cerebro, por lo que el n-3 también podría beneficiar a los trastornos psiquiátricos. Por otro lado, el alto consumo de omega-6 (n-6) podría conducir a varias enfermedades crónicas. Por esa razón, una dieta equilibrada, con un contenido de n-3 mayor que n-6 podría ser beneficiosa.
La fuente principal de EPA y DHA combinados, es la carne y el aceite de pescado. Sin embargo, cada especie contiene diferentes cantidades de n-3. Los N-3 son muy abundantes en salmón, trucha, atún y sardinas. Por otro lado, la tilapia es una buena fuente de proteínas, baja en calorías y al mismo tiempo tiene un bajo contenido de n-3 y muy alto en n-6. Una tilapia capturada en la naturaleza contiene diez veces menos n-3 que el salmón salvaje y una proporción 40 veces mayor de n-6 : n-3 que la de los peces de aguas fría. Las altas proporciones n-6 : n-3 pueden conducir a enfermedades cardíacas. En consecuencia, no se recomienda el consumo frecuente de tilapia.
Según Matsushita et al. (2006) el perfil de ácidos grasos de la carne de pescado puede cambiar si se proporcionan dietas enriquecidas con aceites. Las dietas enriquecidas con aceite vegetal y aceite de pescado han sido probadas por varios investigadores. Los resultados de estas investigaciones fueron alentadores; el contenido de n-3 en tilapia aumentó dramáticamente mientras que el contenido de n-6 disminuyó significativamente. Característicamente, después de alimentar tilapia con dietas que contienen aceite de hígado de bacalao, el contenido total de n-3 en el músculo dorsal aumentó en un 11%, el contenido total de n-6 disminuyó en un 24,6% y el ácido docosahexanaenoico aumentó en un 10,3%. Del mismo modo, la suplementación dietética con salvado de chia y aceite de linaza mejoró el valor nutricional de la tilapia, en términos de composición de ácidos grasos. En oposición a esos resultados, otras investigaciones apoyan que los suplementos de aceite vegetal afectan negativamente las concentraciones de n-3. Alternativamente, se utilizaron dietas experimentales de harina de algas para complementar la tilapia con n-3. Los resultados parecen ser prometedores. Los perfiles de ácidos grasos mejoraron, el n-3 total fue 4 veces más alto en las tilapias que se alimentaron con harina de algas al contrario de los grupos de control, mientras que la proporción n-6: n-3 fue 5 veces menor.
